Existen diferentes opciones de soporte para un colchón. Los más habituales son las bases tapizadas, los somieres de láminas, y los canapés.
La elección de uno u otro será igual de importante que la del propio colchón, ya que el uso de uno repercutirá en el otro.
El tipo de colchón que se tenga, es decir, el material con el que está fabricado, nos va a ayudar a elegir la base tapizada más adecuada para el mismo.
La ventaja de los somieres es que aportan mayor adaptabilidad gracias a la flexibilidad que proporcionan sus láminas, mientras que las bases ofrecen mayor firmeza al colchón.
Por otro lado, los canapés cuentan con la ventaja de su capacidad extra de almacenamiento.
Si aún no disponemos de colchón, estos detalles nos pueden dar mayor libertad a la hora de decidir entre las opciones comentadas. En caso de tener ya unl colchón, nos veremos obligados a ajustarnos como decíamos a su material para encontrar un resultado óptimo de ambos.
¿Qué es una base tapizada?
Podemos empezar diciendo que se trata de un tablero de madera acolchado que dispone de una estructura metálica reforzada con tubos de acero y barras transversales en su parte inferior.
Elementos de una base tapizada
A la hora de elegir la base tapizada adecuada para nuestro caso, tenemos que tener en cuenta los elementos que la componen:
- Tapa: Las opciones que nos podemos encontrar son tableros fabricados con cartón prensado que resultan más económicos pero pueden no dar el resultado esperado en cuanto a resistencia que un tablero fabricado en aglomerado.
Como fabricantes, todas nuestras bases tapizadas están hechas de aglomerado para asegurar un resultado óptimo.
Por otro lado, lo habitual es encontrarse con un tejido en malla de 3D transpirable que asegure una adecuada ventilación de nuestro colchón.
En este sentido, podemos encontrarnos a modo estétic, bases tapizadas en tejido 3D transpirable, provistas de un acabado perimetral en polipiel.
- Aireadores. Para incrementar esa transpirabilidad en la base, nos podemos encontrar con un elemento adicional que son los aireadores, que potencian la ventilación entre el colchón y la base. Es un elemento muy recomendable y a la vez no conlleva un incremento de precio considerable.
- Patas. Podemos encontrarnos con patas metálicas o de madera. La elección es a gusto del consumidor. Actualmente, el sistema de sujeción a la base, es a través de una pletina a la que va enroscada la pata. Lo que sí debemos tener en cuenta es el número de patas, que variará en función de las dimensiones de la base.
Para medidas de hasta 105cm, aconsejamos 4 patas. A partir de ahí para medidas estándar hasta 150, nuestra recomendación sería poner 6 patas, 3 en cada lateral.
- Travesaños de acero. Es decir, las barras o tubos de aceros colocados bajo la base. El número de barras influirá en la solidez de la misma.
¿ Somier o base tapizada?
A partir de los elementos que conforman una base tapizada, podemos decir que si tenemos un colchón de muelle ensacados lo más recomendable es elegir una base tapizada. De lo contrario el colchón se acabará deformando con el tiempo y notaremos en el cuerpo todas las tablas del somier.
Para los colchones de viscoelástica y látex, el somier va a aportar mayor ventilación al mismo, pero si nuestro deseo es una base tapizada, recomendamos que disponga del elemento de los aireadores.
Un detalle a tener en cuenta es que las bases tapizadas van a aportar mayor firmeza a nuestro colchón.
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